jueves, 15 de noviembre de 2007

La Inauguracion

Por: Gustavo Martínez Castellanos

Aunque no estaba previsto para el evento, el gobernador del estado asistió a la inauguración de la Feria de la Nao. Tal vez él ni se enteró que para ingresar al Fuerte de San Diego había que pasar varias aduanas. La primera estaba en el enrejado. Ahí, un empleado de la Dirección Municipal de Juventud, pedía a todo mundo su “pase o boleto”. Nosotros no llevábamos ni una ni otra cosa, y argumentamos que El Sur -ese tabloide felixista- había publicado que la entrada era libre. Pero no lo era, había filtros. El segundo se encontraba al inicio del sendero empedrado que conduce al puente levadizo, donde estaba el tercero. Una vez dentro supuse que nos habían dejado entrar gracias al argumento esgrimido, pero no fue así: nos dieron acceso porque ya eran las seis de la tarde, hora en que debía haber iniciado la ceremonia de inauguración, y el patio del Fuerte estaba vacío. Así que para “hacer público” entramos la poeta, narradora y pintora Teté; los músicos Alex y Chris; la artesana Sara, la psicóloga Gress, tres jóvenes a los que no conocía -y que nadie me presentó- y el que esto escribe.

Media hora después y, en compañía del alcalde, el gobernador entró a una sala e inauguró una exposición y luego salieron a ocupar sus lugares al frente del sillerío principal. Nosotros los observábamos desde el área “de quinta”, como la llamaban los edecanes. Desde ahí vimos también que sobre el techo pentagonal de la fortaleza había mesas adornadas en las que circunspectos meseros servían vistosas bebidas.
Frente al sillerío había un enorme entarimado; a su lado, dos comentaristas locales, con una charla pretendidamente culta, intentaban dar un ambiente de “alfombra roja” hollywoodense al evento. No lo lograban debido a que ella no sabía ni qué decir.
Quince minutos después, iniciamos la ceremonia. Escribo “iniciamos la ceremonia” porque yo había asistido al evento invitado por otros artistas para protestar contra muchas cosas que resultan lesivas para el desarrollo de la cultura en Acapulco.
La principal es que los alcaldes pujan porque se eleven los presupuestos para Cultura y luego evitan que se ejerzan. López Rosas y su Secretaria de Desarrollo Social, Rossana Mora, intentaron desaparecer más de la mitad del presupuesto del 2002 y como Aída, la Directora, no se prestó a secundarlos, la echaron del puesto. Fue reinstalada tres años después, cuando ganó el juicio, y 22 meses más tarde Félix Salgado la echó nuevamente por negarse a desaparecer 15 millones de pesos de los presupuestos de 2006 y 2007.

Otro problema es la designación de los Directores de Cultura, en ambos casos, quien sustituyó a Aída fue José Dimayuga, alguien que se presta a fraudes y componendas.
Los alcaldes utilizan la Dirección de Cultura para hacerse promoción; hacen eventos que derivan en golpes mediáticos; utilizan “artistas” que se venden descaradamente por una paga risible o por el sueldo de algún cargo, “en donde sea”.
Según Fabiola Vega, Secretaria de Desarrollo Social, Félix le ordenó que efectuara sólo eventos farandulescos: concursos de imitación de histriones y serenatas con tríos y con grupos que no cobran, pues aprovechan la infraestructura para hacerse publicidad.

Aparte del uso de mafias, del desvío de recursos, de los favoritismos y del despojo a la ciudad de sus espacios culturales (Félix ya regaló al INAH inmuebles propiedad de la ciudad), los gobiernos locales utilizan los programas estatales y federales para bajar recursos y desviarlos, como en el caso de la Feria La Nao, que fue hecho para limpiar la imagen del PRD y de Félix Salgado ante la proximidad de los comicios locales.

Hemos denunciado a los medios todo esto, y muchas otras cosas más. En algunos nunca nos han hecho caso; en otros sí, de vez en vez para llenar espacios o para presionar al gobierno (“el chayo”). Medios como El Sur, utilizan nuestras denuncias para torcer la verdad y “golpear” a los denunciantes con miras a ablandárselos al alcalde; cuando hemos pedido el Derecho de Réplica ni caso hacen. Así y por órdenes de Félix, nos han cerrado las puertas en todos lados, el control que él ejerce a través de los convenios publicitarios y de otros tipos de presión nos ha acorralado. A mí ya me echaron del único programa en el que participaba aún cuando ni siquiera protestaba. El productor es amigo de Félix y a él no le gustaba que me hicieran “famoso”. Aun cuando la televisora que hace ese programa es del gobierno del estado. Poderoso caballero…

Ante este desesperante panorama de represión e intolerancia, cuando me invitaron a asistir a la inauguración de la Feria de la Nao a protestar pensé: Bueno, quiero hacerme escuchar, me han censurado en todas partes, ¿qué puedo perder? Además, si no protesto soy cómplice; vamos, decidí, y fui. Al principio pensé que se trataba de gritar arengas al paso de la caravana de gobernantes en autos lujosos y esas cosas. Pero cuando me dijeron la dinámica me di cuenta de que los filtros impuestos para entrar la Fuerte no eran producto de la paranoia de Félix, él ya lo esperaba. O como dijo Alex: “El fin justifica los miedos”.

Una vez que diera inicio la ceremonia de inauguración, uno de los tres muchachos nos dijo: Tomen una, y nos dio una manta doblada que ostentaba una leyenda de protesta. Echamos a andar y los seguimos al pie del escenario pero los guardaespaldas del alcalde los detuvieron inmediatamente. Mientras forcejeaban con ellos, Teté, Alex, Chris y yo pasamos tranquilamente y extendimos las mantas. Y se armó el pandemonium. Mientras en el podio peroraba Fabiola Vega, abajo los periodistas con sus cámaras y sus grabadoras dejaron de enfocarla y repasaron varias veces las cuatro mantas extendidas. La mía decía: “Félix: Cultura = pueblo; feria = corrupción”. La de al lado rezaba: “Embajadores, los invitaron a glorificar un fraude”.Las otras no pude leerlas, sobre todo porque la mirada de rencor reconcentrado de Félix sobre mi persona llamaba poderosamente mi atención. Frente a mí, sus guardaespaldas luchaban por evitar que los periodistas nos abordaran mientras me exigían que abandonara esa zona y que regresara a mi lugar, allá atrás, al área “de quinta”.

No me moví, les respondí que tenía derecho a expresarme, que nadie podía impedir que participara en ese evento pagado con el dinero del pueblo. Los periodistas rompieron la valla y pusieron sus grabadoras y cámaras frente a mí, yo no podía escuchar sus preguntas porque alguien había subido el volumen de los altavoces y la voz chillona y distorsionada de Fabiola Vega inundaba el recinto: aquel era su gran momento y nadie se lo iba a echar a perder. Menos yo. Supongo que al menos eso habrá pensado.

Por mi parte dije a los periodistas todo lo que tenía que decir: No estamos de acuerdo con el uso del dinero público para el rescate de la imagen de Félix Salgado Macedonio. No estamos de acuerdo con que un evento insulso desparezca quince millones de pesos del presupuesto de cultura. No estamos de acuerdo con la defenestración de Aída Espino quien sí trabajaba para la ciudadanía, no para alimentar pillos disfrazados de artistas. Los guardaespaldas continuaban amenazándome con palabras altisonantes mientras contenían a los periodistas. Un comunicador gritó: ¡Libertad de expresión! En ese momento cesó la voz de Fabiola y pude dirigirme al alcalde a quien tenía a menos de cinco metros de distancia: ¿Puedo usar la tribuna para expresarme, señor alcalde?

Le hice esa pregunta unas seis veces, esperando que, en un ejercicio de pluralidad y democracia, me la concediera; pero el aguerrido Senador Mantas, el incontenible Diputado Costales, el hombre que tomaba las tribunas para denostar gobiernos, no respondió. Así que lo abordé de otro modo: Usted nos enseñó a hacernos escuchar, ingeniero, ¿puedo hacer uso del podio para dar mi opinión? Félix guardó un silencio pastoso, cargado de un odio sin comisuras, cansado y caciquil. Se levantó, subió al podio y habló; entre otras cosas, dijo, que la cultura en Acapulco no se iba a detener por cuatro o cinco personas no gratas a su gobierno. Entonces corroboré que los filtros, los pases y los boletos eran para dar acceso sólo a sus incondicionales, aquellos que estaban ahí sedientos del espectáculo de circo chino que había sido pagado con el dinero del pueblo, mientras la ciudad continúa sin agua, algunas zonas están inundadas desde hace dos meses, el noventa por ciento de nuestras calles está destrozado y Félix desaparece 15 millones del presupuesto.

Al terminar su discurso Félix gritó: Viva Acapulco, como si mis compañeros y yo fuéramos extranjeros que intentaran invadir el país. O su municipio. El director del Fuerte fue a exigirme que desistiera de mi protesta. Wendy, la encargada de Comunicación de la SEDESOL municipal, se apostó ante los reporteros y soltó un sartal de mentiras fabulosas que nunca podrá comprobar. Los guardaespaldas de Félix continuaban amenazándonos: “Si no te vas, te va a cargar la…” Félix bajó del escenario y volví a encararlo: Ingeniero, ¿puedo hacer uso del podio? Félix volteó a ver al gobernador quien miraba atento al vacío. Cuando lo anunciaron para que hiciera uso de la palabra, sin que nos pusiéramos de acuerdo, quienes portábamos las mantas, las bajamos para retirarnos, el problema no era con Zeferino. Teté se detuvo ante el Director de CONACULTA y le dijo que en Acapulco las cosas estaban muy mal y se disculpó porque no sabía que él iba a asistir a ese evento. Yo la secundé, le dije que si nos escucharan no tendríamos necesidad de irrumpir en ningún lugar y que los acapulqueños ya estábamos cansados de las tonterías de Félix a quien todos catalogamos como el peor alcalde de nuestra historia. Le extendí la mano y le di mi nombre, le dije que era egresado de Filosofía y Letras de la UNAM y que era dos veces premio nacional de narrativa. El buen hombre sonrió un poco y asintió dos veces. Luego me retiré. Mientras salíamos, el director del Fuerte me abordó para disculparse. Lo entendí: No hay problema, mientras no consideres que tus libertades cancelan las mías, le dije y se retiró. La que no se retiró fue Wendy quien, fiel a las órdenes de Fabiola, me hostilizó hasta el puente levadizo. Le pedí que no olvidara que era universitaria: No vendas tu conciencia por un sueldo. Pero ya no me escuchó pues vio que se acercaba el diputado Ramiro Solorio a quien detuve para decirle que habíamos protestado contra Félix. Él tampoco escuchó: Yo vengo a protestar contra Zeferino, dijo y se siguió de largo sin voltear a vernos.

Afuera del Fuerte encontramos a Gress, Sara y los muchachos a quienes los guaruras habían interceptado y arrebatado las mantas. ¿Los golpearon?, preguntamos. No, dijo Sara, nomás amenazaron de muerte a los muchachos. Una patrulla nos siguió de cerca por todo Hornitos y luego por todo Morelos hasta Juan R Escudero.
¿Por qué le pediste permiso a Félix para subir al podio?, te hubieras subido y ya; me reclamaron los muchachos en el trayecto. Yo no soy Félix, respondí.
Nos separamos en Woolworth, después de que acordamos que protestaríamos durante todos los demás eventos hasta que Félix nos escuche.

Esa fue la inauguración de la Feria de la Nao en Acapulco. No fue el “magno evento” que lavaría la deteriorada imagen de Félix y del PRD. Tampoco fue el punto de reunión de la gente bonita del puerto porque muchos ciudadanos notables que siempre hacen acto de presencia en eventos de esta naturaleza, no asistieron. En cambio ahí estaban algunos diputados de la oposición que secundan en todo a Félix. Era su fiesta, pues. A enorme mentira con que intentará que olvidemos dos años de descalabros de su gobierno.

LA VISIÓN DE LOS MEDIOS
Cuando realicé la crónica anterior, aún no sabía qué habían publicado los medios, así que decidí esperar antes de enviar este texto a mis remitentes habituales. A la mañana siguiente no sólo me hablaron los amigos de siempre sino que algunos vecinos fueron a verme con los periódicos en la mano. Esto es algo de lo que los diarios locales relataron:

DIARIO 17. Primera plana: Intentan boicotear Festival de la Nao.
“El promotor cultural municipal y Premio Nacional de Novela, “Ignacio Manuel Altamirano”, Gustavo Martínez Castellanos, acompañado por dos personas más, con pancartas en mano, exigieron diversidad cultural y la liberación de 15 millones de pesos para el sector. Con su protesta pacífica intentó boicotear el festival internacional de la Nao que fue inaugurado por el Director General de CONACULTA Sergio Vela Martínez. Ante el alcalde Félix Salgado Macedonio, el gobernador del estado, embajadores y cónsules de Japón, Indonesia y España los manifestantes con mantas señalaron: “señores embajadores, los invitaron a glorificar un fraude”; Félix: cultura = pueblo; Feria Nao = corrupción”; aparecieron cuando iniciaba el acto formal de inauguración. Los inconformes encabezados por Gustavo Martínez Castellanos quien estuvo como tallerista en la dirección de cultura municipal en la administración de la maestra Aída Espino Barros, recibió los abucheos del público al aparecer con sus mantas y denunció que a pesar de que solicitó al alcalde Félix Salgado liberara 15 millones de pesos autorizados por el cabildo porteño para la cultura en Acapulco, nunca lo hizo y ahora los recursos “están desaparecidos”. Entre empujones y jaloneos por parte del personal del Fuerte de San Diego, Martínez Castellanos informó que los 15 millones desparecidos fueron aprobados para los ejercicios del 2006 y 2007 y no se ha informado en qué se gastó, además que para la realización del Festival de la Nao no se tomó en cuenta a nadie. El también Premio Nacional de Cuento “José Agustín” dijo que nunca ha trabajado para el ayuntamiento y sólo acudió a expresarse porque está cansado de un gobierno represor”. (Adriana Covarrubias Sandoval)

LA JORNADA, GUERRERO. Pie de foto. Primera Plana: “El Director de CONACULTA, el gobernador y el alcalde inauguraron ayer el Festival de la Nao Acapulco 2007. Durante el acto, tres seguidores de la ex directora de Cultura municipal Aída Espino, protestaron contra esa actividad”.
Felicitaciones y protestas contra La Nao, en el acto oficial de inauguración.
Pág. 8: “El festival Internacional La Nao Acapulco 2007, comenzó con el pie derecho y con el izquierdo al mismo tiempo (…) enfrentó la protesta pública de tres solitarios personajes que desplegaron mantas de protesta contra su realización. Para agravar las cosas, el director del Fuerte de San Diego al ver la protesta, en lugar de intentar mover a los manifestantes, arremetió a golpes y empujones contra los reporteros para impedirles captar lo que éstos decían (…) Cuando tocó el turno a la secretaria de Desarrollo Social Fabiola Vega de leer su discurso, Gustavo Martínez Castellanos, principal seguidor de la ex directora de cultura Aída Espino; la pintora Teté Chávez y un joven que no pudo ser identificado, se colocaron al frente y desplegaron tres mantas. De inmediato la acción atrajo a los reporteros mientras los agentes de seguridad, encabezados por el director del Fuerte primero intentaron desalojar a los inconformes, pero desistieron de inmediato al ver que éstos no removerían. Entonces el director vio más fácil impedir que los reporteros hicieran su trabajo y se lanzó contra ellos. (…) Mientras el gobernador se dedicó a revisar una carpeta y el alcalde sólo observaba. Martínez Castellanos hablaba incontenible. Aseguró que “jamás tomaron en cuenta a la comunidad acapulqueña” para realizar el festival y que éste es un intento por justificar 15 millones de pesos autorizados para la cultura que no se ejercieron en dos años. Después de un rato Martínez Castellanos retó al edil a responderle los señalamientos y luego se presentó antes el presidente de CONACULTA y acusó a Salgado Macedonio de ser el peor alcalde que ha tenido Acapulco” (Redacción)
La protesta de Aída Espino, una expresión cultural: alcalde porteño.
Minutos después de que comenzó el acto inaugural y para sorpresa de todos, tres personas burlaron la valla de seguridad y se colocaron frente al embajador de Filipinas, el director de CONACULTA, el gobernador y el alcalde a quien señalaron de corrupción al destinar varios millones de pesos a un evento “fraudulento”.
Inmediatamente desaparecieron las sonrisas de los rostros de Félix Salgado y de Zeferino Torreblanca, y así se quedaron durante todo el acto inaugural, a pesar de que intentaron disimular con una que otra sonrisa. (Citlali Giles)

EL SOL DE ACAPULCO
Pág. 2.- A la inconformidad que manifestaron tres promotores culturales, Torreblanca Galindo dijo que sin entrar en regateos que en nada ayudarían, nada va a empañar el desarrollo de este extraordinario espacio para la cultura.
(…) Al inicio del festival, tres ex empleados del ayuntamiento durante la gestión de la ex directora de Cultura Municipal Aída Espino, pretendieron empañar el evento protestando por una supuesta falta de promoción cultural y de inyección de recursos por parte de la comunidad para este sector. Sin embargo, el que se dijo integrante de la comunidad cultural de Acapulco, Gustavo Martínez Castellanos fue apagado en su manifestación por los gritos de “fuera, fuera, fuera” por parte de los acapulqueños que se dieron cita en la inauguración del magno evento”. (Felipe Salinas Galván)

EL SUR
(Pág 23 de 28) Después de la protesta que tres cercanos a la ex directora de cultura del municipio Aída Espino, durante la ceremonia de clausura, el alcalde dijo que el de ayer “fue un buen día (…) Reconoció que los manifestantes son parte del equipo de trabajo de la exdirectora de cultura y quien iba encabezando ola protesta, Gustavo Martínez Castellanos pretendía cobrar 80 mil pesos al municipio” (Carlos A. Abarca)

Antes de emitir una opinión sobre la forma en cómo vieron mi protesta estos medios, quiero agradecer a todos el hecho de que no hayan ignorado el enorme esfuerzo que realizamos un puñado de acapulqueños que estamos hartos de las tonterías que Félix hace en el gobierno, como lo hicieron durante 22 de meses en los que trabajé al lado de Aída Epino dando talleres, conferencias y presentaciones de libros sin que Fabiola Vega y Félix firmaran el contrato que pagaría mis emolumentos, que hasta la fecha no sé a cuánto ascienden. Aquí lo importante es que no nos ignoraron esta vez: Gracias mil por eso.

A Diario 17, medio en el que escribí durante más de un año, quiero agradecerle su enorme visión política al haber puesto en primera plana esa foto en la que en primer plano se ve la manta que yo portaba y atrás, en el podio, de lentes y encorvado, Félix Salgado leyendo su discurso. Esa foto parece decir: “Una manta para el Senador Mantas”. Se lo dije a Félix y lo reitero: si algo podríamos agradecerle a los perredistas es que nos enseñaron cómo protestar, como brincarnos todas las trancas y cómo ser intransigentes. Bueno, no podíamos defraudarlos. Diario 17 fue el único medio que tuvo la suficiente agudeza para entender la fina ironía de esa situación: el denostador por antonomasia, ahora que es lo que criticaba sufre lo que hizo sufrir a otros. La crónica de Diario 17 es la más fiel, desapasionada, transparente. Mientras los guardaespaldas de Félix arremetían contra ellos y contra mi, Adriana Covarrubias grababa todas mis declaraciones. Hay profesionalismo y pureza en eso. Es digno de encomiarlo. Gracias a Fernando a Víctor y a Miguel Ángel, por darnos ese periodismo sin otro compromiso que con la verdad. Los abrazo nuevamente.

A La Jornada Guerrero, medio en el que nunca he escrito, a pesar de que el buen Misael Habana me invitó en alguna ocasión, sólo puedo aclararles que el acalde miente: los que fuimos a protestar ni somos un grupo y menos un grupo de Aída Espino quien ni siquiera estuvo en el evento. Somos ciudadanos comunes. También miente cuando dice, al igual que Wendy Torres, encargada de Comunicación de SEDESOL municipal, que he pretendido cobrar 80 mil pesos. Marquines un aviador, cuya esposa, Citlali cobra 11 mil pesos sólo por complacer a Félix, dice que quiero cobrar 200 mil, Wendy que 90 mil y Félix que 80 mil ¡qué me la hagan buena!, pero primero que se pongan de acuerdo porque después de 22 meses de trabajo arduo, con siete premios de literatura, dos de ellos nacionales, mi licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, mi maestría en Enseñanza Musical por el Conservatorio y por el hecho de que yo sí soy acapulqueño, bien merezco que me paguen lo que ya trabajé. Pero me conformo con que Félix libere los 15 millones de pesos que aprobó el Cabildo. Ningún periodista preguntó al Félix si mis acusaciones eran ciertas y casi todos publicaron lo de los 80 mil pesos, ¿qué le pasa a la Jornada? Aún con eso, gracias a Citlali Giles, si desea más información abajito aparecerá mi e-mail. Estoy a sus apreciables órdenes, me gusta su estilo.

En El Sol de Acapulco, escribí durante algunos años, luego fui su redactor, conozco sus entrañas, así que me limitaré a decirles gracias también, ya era hora de que se acordaran de mí. Saludos Juan Rodríguez espero te sigan llegando mis e-mails.
De El Sur qué puedo decir qué. Es el diario oficialista de Félix, su defensor de oficio, el pretendido verdugo de Aída a quien odian por ser mujer, por ser culta y por ser inteligente. Bueno, también por ser insumisa y por el enorme legado cultural y educativo que su familia ha regalado a Guerrero y a Acapulco (Agustín Ramírez y José Agustín, nada más). A los chicos de El Sur sólo puedo decirles que por primera vez estoy completamente de acuerdo con Juanito Angulo, su director, quien en su editorial dominical de la página 2 escribió: “Felicitaciones a Citlali Guerrero, Fabiola Vega y Félix Salgado por La Nao, Festival Internacional Acapulco 2007. Los guerrerenses nos merecemos espectáculos de calidad”. Subrayo y repito: “Los guerrerenses nos merecemos espectáculos de calidad”. Porque, en efecto, este festival es un enorme montaje espectacular con el que Félix y el PRD pretenden que los acapulqueños olvidemos que llevamos seis meses sin agua, no han generado empleos, los índices de turismo se desploman, hay zonas inundadas de la ciudad desde hace dos meses y la inseguridad gobierna la ciudad. Sí, Juanito Angulo: un enorme espectáculo de calidad como los de la antigua Roma, sólo que éste, es un enorme circo chino.
Un abrazo.

P. D. ¿Cuándo harán periodismo de calidad (o cuando menos periodismo) e investigan a dónde fueron a parar eso 15 millones de pesos “desaparecidos”? ¿O es que Félix ya les dio su parte y por eso sus “dignos reporteros” no se involucran?
Como periodistas, dan pena Juanito. Aprendan de Diario 17.
Otro abrazo.
gmc